Fue durante un fin de semana junto a unos amigos en Quilimarí, terminando en verano que me pillo el Terremoto 27/2, inquietud como todo el mundo sin poder comunicarse, de madrugada mas encima, sin electricidad, el aviso que el mar se recogió, nerviosismo, de todo un poco, y la angustia que se hacía presente durante todo el día sábado. El domingo de regreso a Santiago, muestras de la destrucción en el camino y la desesperación de todo el mundo en las bencineras, pasarelas caídas que anticipaban el grado de intensidad del temblor y la radio que nos iba poniendo al día dentro del auto.
Finalmente en el departamento pequeños daños, todo bien para la gravedad del evento, tantas personas muertas y desaparecidas. La Televisión se encargo de hacernos sentir minúsculos y miedosos ante el descontrol de la gente, sobre todo por las imágenes de desamparo, dolor, miedo y destrucción que se mostraron.
Mi gente toda bien. Ese mismo día fui a Ecole, para verificar que todo estuviese bien, y así fue.
El martes siguiente, la noticia: Angélica desapareció en Juan Fernández.
El pecho apretado esperando que estuviese bien, que solo fuese la falta de comunicación que abundaba en esos días. Pero no. Era verdad y los pensamientos de Angélica se venían como flashes intermitentes porque en el tiempo que nos conocíamos habíamos desarrollado una buena amistad.
Recuerdo que Angélica venia llegando de Europa de hacer un postgrado, cuando comenzó a hacer clases en la escuela, la entreviste y me pareció muy motivada, con energía, pensé “ideal para nuestros alumnos para que los haga acercar el arte a la gastronomía”. Y así sucedió…
Angélica tenia tanto entusiasmo y tantas ganas de hacer cosas que se la pasaba planeando , un día llego y me motivo casi de inmediato, a realizar una Cena Surrealista, revisamos libros, vimos películas, nos mostro imágenes, y ahí estaba, junto a los alumnos tratando de aterrizar las ideas colectivas, de realizar estos platos que finalmente terminaron en el taller, probando recetas y presentaciones de lo que finalmente sería: “Amusses Bouches Duchampianos”, “Huevo frito sobre ragout de setas y ratatouille”, “Ternera Andaluza con hueso de papa y sangre de frambuesas” como si nos hubiese dirigido el mismo Dalí , el postre seguramente lo mas logrado, inspirado en un cuadro de Magritt “Corazón de nube sobre panacotta de Drambuie y perlas de manzana con una cuchara de caramelo al costado” también se sirvió “Café Breton y buñuelos de Buñuel” que tenía un dedo cortado hecho de mazapán. Esta primera volada de la Angélica y mía se realizo en la galería de arte de Cecilia Palma del Parque Arauco en junio de 2004. A esto le siguió la inauguración de Andy Warhol en el Museo de Bellas Artes, con preparaciones inspiradas en el arte Pop, para 1000 personas, fue tremendo y un éxito, lo más recordado los garzones con peluca estilo Warhol. Después llego con la idea de realizar el ”Aniversario del Museo Nacional de Bellas Artes” inspirado en las diferentes disciplinas artísticas, para 600 artistas invitados, a eso le siguió lanzamiento de la serie Héroes de canal 13, con un “Banquete en tiempos de la Independencia”, donde no reunimos con destacados historiadores y dale haciendo pruebas para que las preparaciones fuesen lo más parecido a la época, lo hicimos en el Museo Histórico Nacional y otro triunfo, los alumnos muy satisfechos y el canal 13 feliz, aun recuerdo a Luis Gnecco pidiendo la receta del guiso de mote que servimos ese día, o a las alumnas tomándose fotos con Felipe Braun.
Lo último que recuerdo fue que nos invito a participar como artistas en una exposición colectiva en la sala del Museo del Plaza Vespucio del cual hicimos unos platos, un video del acto de disfrutar y apreciar las preparaciones, además ella realizo un catalogo con todos los artistas que participaron en las cuales quedaron plasmadas nuestras obras.
Sus clases eran distintas, lograba que los alumnos mostraran el amor que tenían por la cocina y lo transformaran en creaciones únicas. Me toco sorprenderme al verla colgada de un árbol, comiendo estas creaciones y manteniendo el equilibrio, en una mesa improvisada en el bandejón central de Américo Vespucio, en la cámara de congelado, en el jardín vendada de ojos porque sus alumnos le querían transmitir a través de aromas, sonidos, sabores y texturas la sensibilidad por un producto, todo eso lograba y se prestaba para las mas alocadas instalaciones, alucinaba con lo que los alumnos hacían y el merito era todo de ella.
En enero cuando nos juntamos para programar el horario de este año, estaba tan feliz porque le hice una planilla Excel para que sacara los promedios que no dejaba de decírmelo. En febrero, Angélica que siempre andaba corriendo de un lado a otro me llamo por teléfono en el momento que embarcaba a Juan Fernández, para decirme si podía suspender las clases por la primera semana de marzo, porque le había salido este viaje y no estaría esa semana, que después la recuperaba. Quien iba a saber...
En marzo hubo graduación en Ecole, se titularon alumnos de Diplome Superieur y de Grand Diplome, y los discursos no se hicieron mudos frente a su recuerdo y en todos los pensamientos de quienes fueron sus alumnos, la conocieron o escucharon de ella estuvieron por un momento juntos, en un instante mágico, que solo logran las personas que dejan huella en la vida, como dejo Angélica en nuestra querida Ecole, porque son muchas las cosas que ella logro junto a nosotros, que en algún momento las comentare tomándome un té.
Que pena...
ResponderEliminarEs tan extraño cuando alguien que uno conoce desaparece.
Yo tambien me acuerdo de todas esas comidas artisticas tan entretes y locas que hicimos con la profe, y de los trabajos que nos daba y las peliculas que vimos en clases.
Cuando llegan los mails de invitaciones del bellas artes, como que igual espero que sean noticias milagrosas de que encontraron a la profe, pero hasta ahora nada.
Como dice Jorge, hay personas que dejan huellas.
ResponderEliminarCon su energía, entusiasmo y amor por el arte lograba que los alumnos pudiéramos expresar nuestro amor por la gastronomía a través del arte de la manera que cada uno sintiera.
Aparte de ser su alumna, tuve la oportunidad de trabajar con ella en algunos proyectos y compartir mi afición a la fotografía. Me enseñó a observar las fotos que yo misma tomaba y descrubrir cosas en ellas.
Mi último recuerdo de Angélica es de Enero 2010, en la escuela, cuando me contó, muy entusiamada,que se iba a Juan Fernández.
Lamentablemte aún no vuelve y su ausencia la sentimos todos los que compartimos con ella.
Hola Jorge: Soy Carola, la hermana de Ángelica, gracias por tus palabras sobre ella, me encantó y me emocionó mucho.Me encantaría tenerlo impreso para siempre, te mando mi mail c.perezgermain@gmail.com.
ResponderEliminarGraciass
Es increible como las personas pueden capturar y recordar los buenos momentos que llenan el alma.
ResponderEliminarCuando leí, recordé aquellos momentos en que compartí con Angélica y cuando ella me buscaba para invitarme a las presentaciones de los alumnos de la escuela y dar mi opinión como un simple espectador.
Gracias Jorge por esta linda sorpresa que me emocionó al máximo.
Hola, llegué al blog por curiosa, me intereso mucho cuando comencé a leer , estudio gastronomia, antes , estudié teatro.
ResponderEliminarSi hubiese sabido antes que existia esta escuela , donde realizan ese tipo de clases, mi desicion hubiese sido inmediatamente ustedes...
Me emocioné mucho con lo que escribiste.
atentamente
Leslie
He leido ya varias veces lo que escribio Jorge y por fin me decidí ....conocí a Angélica en Ecole, pense que seria una materia mas, pero con gran sorpresa no fue asi y lo descubri por suerte rapido, era un día en que no muchos sintieron ganas de hacer salir su lado artistico, asi es que nos conto a los pocos que estabamos su experincia con el té, que fue a oriente a vivir esta tradicion y mistica que envolvia esta ceremonia, que despues volvio a Chile y se dio cuenta que aca en occidente,cerquita, en La Pintana, tambien tenian una ceremonia del te, quizas menos ceremonial y espiritual, pero aguerrida, de esfuerzo, de compartir.
ResponderEliminarY así,nos fue enseñando, acercandonos a lo cotidiano, haciendonos ver que el arte partia en la contemplacion de lo que nos rodea y que nos emociona, que disfrutar del arte es un privilegio de todos y no tiene que ver solo con saber interpretar un cuadro en un museo, o una escultura, que tiene que ver con la capacidad de conectarse desde lo interno y vivenciar lo que vuela sobre nuestras cabezas.
La obra de Angélica sigue evolucionando, porque cada vez que alguien se detenga a observar su obra, vera algo distinto, que nadie vio antes y ahi....ahi nace de nuevo una y otra vez Angélica, la profe de arte.
Definitivamente es difícil perder una persona cercana pero perderla a ella fue mas que eso. Fue congelar para siempre sus ideas geniales, sus proyectos innovadores y sus inyecciones de entusiasmo creativo que lograba penetrar a sus alumnos.
ResponderEliminarAun se siente su faltan los pasillos del Ecole. Siempre tenia una sonrisa, un tiempo para conversar y una buena idea para compartir.
Con ella fue la primera vez que sentí compartir el amor por el té. Me acuerdo cuando fui con la Nadia a su muestra de té y me hizo caminar sobre hojas secas de té y ella me sonreía al final del camino.
Podría escribir todos los infinitos recuerdo lindos que me quedan de ella y no terminaría nunca.
Solo se que la extraño y espero que este tranquilita en el cielo tomándose un tesito en paz.
Ivania Alfaro
A través de esta lectura, siento que fue una pena no haber tenido el privilegio de conocerla y haber compartido algunos intereses con ella, pero sin duda creo firmemente en la enseñanza que nos deja, en cuanto al compromiso y entrega en sus proyectos, además de vivir la vida intensamente, realizando todas esas ideas "locas" que se vienen a la mente, sin pensar que quizás serán esas pequeñas grandes cosas que hacen la diferencia y dejaran recuerdos de todo el actuar, despues de esta lectura siento que el lema es "vive el día, como si fuera el último"
ResponderEliminarGracias Profesor (a)