martes, 26 de octubre de 2010

APRENDICES

En ocasiones los alumnos se olvidan del porque están estudiando. Inmediatamente de manera instantánea nos preguntamos ¿cómo es posible eso?. Les explico, para cualquier profesional pero sobre todo, para aquellos que nos dedicamos a la docencia o instrucción (Chefs Instructores), cuando algún joven descubre que tiene interés por estudiar cocina o gastronomía; Arte Culinario le indican los más sofisticados, se dice a si mismo que tiene las ganas de aprender desde lo más simple a lo más complejo. Desde esta premisa y desde la óptica de que el aprendizaje en todas las áreas va de menos a más, de menor dificultad a una complejidad mayor, en cuanto a destrezas, habilidades, conocimientos técnicos, capacidad de interpretar e inferir, de aplicar conocimientos previos, etc. Existen muchos argumentos y de destacados especialistas en el ámbito de la educación, que nos indicaría que mi discurso es el correcto, pragmatismo que afortunadamente comparten la mayoría de las instituciones que dedican su quehacer académico al enseñar esta maravillosa profesión.
Desde la perspectiva del estudiante, del aprendiz, existe el entusiasmo por hacer muchas cosas, por querer acortar el camino al conocimiento, al éxito laboral y personal, al creer que sabiendo solo un poco más que otros se conoce de esta actividad, al reconocerse destrezas que sus pares no poseen se es mejor, al creer que una buena calificación hace la diferencia. Existen tantos factores que permiten que un aprendiz logre ser destacado desde el punto de vista profesional, en lenguaje actual diríamos “competencias laborales”, aspectos como el respeto profesional, la capacidad de autocritica, el control sobre las emociones, el trabajo en equipo, la capacidad de comunicarse, etc. Aspectos que no necesariamente denotan un conocimiento técnico, en donde las habilidades prácticas no se ponen a prueba y que se van desarrollando poco a poco con experiencia.
Asimismo los Chefs Instructores, poseen algunos vicios propios de su quehacer cotidiano, son dueños de la verdad, se sienten que saben porque si, tienen egos inmensos, son autoritarios, y así un sinnúmero de aspectos negativos, que no facilitan la enseñanza de acuerdo a los estándares actuales en el ámbito educativo, muchos de ellos se conforman una vez adquirido cierto status, mala cosa. Yo mismo en perspectiva reconozco muchos de estos defectos cuando comencé enseñando, tenía la soberbia de la juventud.
Pero no todo es malo existen alumnos que son brillantes porque aprovechan lo mejor de sus profesores y utilizan los recursos propios de su nivel mostrando sus talentos y cualidades, que poco a poco van madurando profesionalmente en el camino. Para ser correctos los chefs instructores también tienen algunos ejemplares ideales, que cumplen con el propósito de acompañar, guiar y dar muchas veces ese poco adicional a sus pupilos.
Para no quedar bien con todos, afirmare finalmente que es muy complejo reconocer defectos en uno mismo, pero que existe un ánimo adecuado actualmente entre profesionales, y que en mi querida Ecole se manifiesta de forma permanente, poseemos una muy buena comunicación con el alumno, y esa sola acción cambia rotundamente en la formación de estos, permitiéndoles que se sientan participes de su aprendizaje, logran desarrollar una conexión con la actividad y mantener la motivación a lo largo de su carrera, a pesar de la exigencia que le imprimimos durante este desarrollo. Rematare con las palabras del chef Alain Nonnet, chef que es reconocido internacionalmente, y que cada vez que tengo la oportunidad de compartir con él, obtengo un aprendizaje increíble, su modestia y sabiduría la comparte con todos los que puede, este gurú, este maestro de la gastronomía francesa dice: “con mis 50 años de experiencia en la cocina, aún soy un aprendiz”.

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